Voces: Entrevista con Maia Berg
¿Quiénes son las personas con las que nos cruzamos todos los días por la calle? ¿Cuáles son sus historias? Maia Berg se hizo estas preguntas y no quiso dejarlas sin respuesta; así surgió Voces, proyecto fotográfico y periodístico que retrata a los uruguayos de todos los días. «Siento que le di forma y color a algo que siempre quise hacer», cuenta Maia. Seguí leyendo la nota y conocé más de este proyecto Salvaje:
¿Cómo surgió este proyecto y quiénes forman parte de él?
Voces surgió en marzo de este año, como una inquietud personal. Desde entonces, los fotógrafos fueron variando, por las propias agendas de cada uno y los intereses, ya que es un proyecto que es a puro pulmón. Hoy trabajo con Jero López y Dante Barreto, tenemos la misma visión y está demás lo que hacen. Sin embargo, no descarto la posibilidad de sumar más gente al equipo, incluso corresponsales en el exterior.
¿Es una especie de Humans of New York uruguayo?
Sin dudas Humans of New York es una gran inspiración, así como otras páginas que encontré del estilo, pero quiero darle mi impronta personal.
Fue en mi adolescencia que descubrí cuán inmensa era mi pasión por enganchar con la palabra y transmitirle algo al lector, así que decidí estudiar periodismo. A la hora de escribir las voces uso un estilo narrativo mechado con diálogo, en lugar de solamente entrecomillar. Me da mucha más libertad y creo que le agrega personalidad al relato.
Las que más me llaman son las historias comunes, de la vida misma. Me parece que hay tanta magia ahí y la pasamos por alto… no nos detenemos a ver, o en este caso a escuchar, toda la riqueza que hay alrededor. Por eso quiero darle un espacio a todas las historias que de otra manera jamás se llegarían a conocer. Y acá hay tres millones… lo que es bastante ambicioso para un pequeño proyecto.
¿Qué significa Voces para vos?
Hoy en día, ¡todo! Siento que le di forma y color a algo que siempre quise hacer. Tuvimos un período de inactividad en julio y agosto, por temas personales, pero volvimos al ruedo con nuevas voces y sobre todo con muchísimas ganas de seguir creando. Lo más lindo de volver fue sentir que nos extrañaron. Ahí es donde realmente te das cuenta de lo que significa.
¿Cómo elegís a las personas que fotografían?
Solo hay un requisito: ¡compartir el mismo entusiasmo por lo que hacemos! En cuanto al estilo, busco fotógrafos más documentales que retratistas. Es clave que sepan lograr tomas auténticas, ya que a veces nos tocan personajes que intentan esconderse detrás de algo, ya sea una pose o unos lentes de sol. Y más allá de quedar linda, tiene que transmitir una historia.
¿Cómo es la experiencia de acercarse a un desconocido y pedirle que se abra frente a ustedes?
Nos acercamos a quien sea, sin prejuicios y con la mejor onda del mundo, a explicarle nuestro proyecto. Obviamente escuchamos muchos “no”. Tantos que inclusive se me ocurrió arrancar un segmento llamado: Los fails de Voces. Algunas excusas o argumentos que nos toca escuchar cuando nos rechazan son muy insólitos. Son búsquedas que llevan su tiempo, hay que caminar y caminar a pesar de la frustración. Pero cuando escuchamos “sí” es donde empieza a suceder la magia. Nunca le pido a alguien, de una, “que se abra”, más bien es algo que se va dando en la charla. Pregunta a pregunta se construye una confianza e inevitablemente todos terminan hablando de temas muy personales. Se genera un intercambio muy sincero y emotivo. Creo que el que accede a una entrevista ya está dispuesto a abrirse, con un poco de ayuda.
¿Tenés alguna meta para este proyecto?
Que siga creciendo. Ya con 3 mil seguidores le conseguimos un posible donante de riñón para uno de nuestros entrevistados, ¡imaginen lo que podemos llegar a hacer si somos más!
¿Lo mejor y lo peor de este proyecto?
Lo mejor, indudablemente, es la repercusión: el amor que recibe cada historia, los mensajes que nos llegan, la cantidad de gente que se pone a leer un texto que de corto no tiene nada.
Lo peor, y me duele decirlo, es no sentirme segura en la calle. Hay lugares a los que me encantaría ir, pero me frena el miedo y la responsabilidad por los equipos que llevamos. Es una pena porque nos perdemos de muchas voces que también merecen su espacio. Y más si la máxima aspiración detrás del proyecto es crear un retrato representativo de la sociedad uruguaya.